Revista Vive en Balance No. 1

Mejorar los hábitos de las mujeres en el trabajo y en su círculo social ● Estar en contacto con lo que se siente: el ánimo de las mujeres suele ser variado, de acuerdo con el ciclo hormonal y estrés diario. Por lo mismo, se debe prestar atención a cómo se sienten e intentar ponerlo en palabras para que tanto las mujeres como su entorno logren entender lo que les sucede. ● Descansar lo suficiente: dormir de 7 a 8 horas en la vida adulta resulta complicado para mujeres que trabajan y cuidan de sus hogares, lo que trae como consecuencia un desgaste físico y psicológico que puede afectar en su desempeño diario, ya que se utilizan sustancias como la cafeína para mantenerse despiertas lo que ocasiona más alteraciones en el sueño, ansiedad, gastritis, entre otros. ● Redes de apoyo y comunicación asertiva: tener un grupo de amigos y familiares con los cuales compartir lo que les sucede en la vida cotidiana es importante para el desarrollo del bienestar. Expresar cómo se sienten nos permite tener mayor número de respuestas asertivas que logran relaciones más cercanas y sanas. La juventud también es un grupo de riesgo Hablar de bienestar en los jóvenes es importante por ser una etapa de alta vulnerabilidad, llena de cambios que conlleva el desarrollo físico, asociado a una independencia familiar y económica. Esto implica un crecimiento importante, pero a su vez retos físicos, emocionales, profesionales, familiares y sociales. Tener en mente lo que se puede hacer para mantener el bienestar nos lleva a promover conductas de auto-cuidado para mantener un equilibrio con uno mismo y nuestro entorno. Sé saludable Sé saludable Mejorar los hábitos de las mujeres en el hogar ● Espacios personales: a medida que pasa el tiempo, la disponibilidad para realizar algún tipo de actividad física, alimentación adecuada, descanso e hidratación disminuye, por lo que la tendencia a presentar problemas de sobrepeso / obesidad, así como de enfermedades crónicas (hipertensión, diabetes... entre otros) aumenta en la vida adulta. La mujer tiene mayor probabilidad de estas enfermedades dada la alta exigencia de la vida cotidiana, las labores en casa, con la familia, laborales y económicas. ● Estrés excesivo: de acuerdo con la alta exigencia que hay hacia la mujer, el estrés ha aumentado de manera considerable, trayendo como consecuencia síntomas de ansiedad que limitan la calidad de vida, ya que disminuye las horas de sueño, puede variar su hambre y su estado de ánimo, tendiendo a alterarse con facilidad o somatizando con dolores de cabeza, gastritis, entre otros. En este sentido, delega tareas y genera espacios en el día para realizar actividades que disfrutes y reduzcan el estrés. ● Tomar en cuenta no solo las necesidades de los hijos (as) y/o pareja, sino de sí misma para mantener un buen estado de salud. ● Es importante reconocer cuáles acciones disminuyen el estrés para practicarlas. En ocasiones, hay poco tiempo para realizarlas, por lo que una caminata o andar en bicicleta es difícil, quizá ayude dejar el coche más lejos de la puerta para caminar o sacar a pasear a las mascotas. ● Problemas en las relaciones familiares: este aspecto es frecuente y se mantiene más en países como México, en el que la familia tiene un valor especial, por lo que se suele intentar “aguantar” relaciones poco saludables, que pueden caer en momentos de violencia física y verbal, por el miedo a tener que romper el núcleo familiar y/o afectar a los hijos (as). ● Ser amable con el cuerpo: debido a que el paso del tiempo aumenta la probabilidad del sobrepeso en mujeres, varias de ellas tienden a buscar dietas, así como productos milagro o ejercicio en exceso para disminuir esta probabilidad, tendiendo a presentar consecuencias graves por una alimentación poco balanceada e incompleta. | 15 14 | www.viveenbalance.com.mx

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